Por José Sánchez Tortosa
En junio de 1942, Heinrich Himmler, Reichsführer de las SS, ordena la formación del comando 1005, cuya tarea consiste en la incineración de los cuerpos de los judíos gaseados, la destrucción de las fosas comunes y de los campos de exterminio.La filosofía es arma de destrucción masiva. Dinamita los mitos de los que las masas se alimentan, que producen identidad, bajo cuyo peso muerto los individuos quedan diluidos. Es guerra contra el relativismo y el dogmatismo. Es defensa contra la confusión del lenguaje común, periodístico, político, contra la fuerza ciega de la masa, pues la masa no puede filosofar. El enemigo es la estupidez, que, como Dios, está en todas partes y en uno mismo. El yo es idiota. Escribo por destruir.
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